miércoles, 10 de noviembre de 2010

Creta

La leyenda de Ícaro y Dédalo

Dédalo era un ateniense desterrado a Creta. Fue el constructor del laberinto, donde Minos hizo encerrar al terrible Minotauro, que era aplacado periódicamente con sacrificios humanos. Caído Dédalo en desgracia, fue encerrado, junto a su hijo Ícaro, en el mencionado laberinto. Pero Dédalo construyó para sí y su hijo unas alas con las que, salvando los muros de la extraña prisión, se remontaron sobre el Mediterráneo. Ícaro, desdeñando los consejos de su padre, voló tan cerca del sol que sus rayos derritieron la cera de sus alas, precipitándose al mar.

Nacimiento del Minotauro

Existen varias versiones acerca de la afrenta que ocasionó que la esposa de Minos, Pasífae, tuviera la necesidad de unirse al toro de Creta. La versión más extendida dice que Minos, hijo de Zeus y de Europa, pidió a Poseidón apoyo para suceder al rey Asterión de Creta frente a sus hermanos Radamantis y Sarpedón y ser reconocido como tal por los cretenses. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual Minos prometió sacrificar en su nombre.Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las cualidades del hermoso toro blanco, lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que el dios del océano no se diera cuenta del cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso toro que Minos guardó para sí.





1 comentario:

  1. Revisado tu blog Ariel, hay aportes interesantes, ahora se requiere mayor contenido personal.

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